Agresiones, caídas accidentales o accidentes laborales son causas frecuentes de fracturas en los huesos de la cara: la nariz, el pómulo y la mandíbula son el escenario más frecuente de las mismas.
Las secuelas pueden ser estéticas y funcionales, incluyendo alteraciones de la oclusión -lesiones en los dientes o huesos que los soportan-, de la ventilación -lesiones en la nariz, boca y vías aéreas- o la visión.
La cirugía para su tratamiento tiene como objetivo recuperar la forma y funcionalidad de la parte afectada, llevando asociado un tratamiento estético para devolver a estas zonas anatómicas un aspecto no solo funcional, sino lo más estético y armonioso posible para que el paciente pueda reanudar su vida social y laboral con las menores molestias.